lunes, 9 de junio de 2008

Lesbianos contra lesbianas

Isla de Lesbos, Grecia.

No, señores. No es un juego de palabras en vano, sino que resulta que los habitantes de la isla de Lesbos han demandado al colectivo griego de mujeres homosexuales por usar su nombre, es decir, por "Apropiación indebida".

Alegan que las mujeres de la isla se avergüenzan a la hora de decir su lugar de origen, por eso piden que se prohíba el uso de lesvios, lesvia y de los adjetivos lesviakos, lesviaki y lesviako, usados por la comunidad gay de Grecia.

Pero, ¿nos hemos vuelto locos o qué? Podríamos compararlo con los chistes de leperos. Por ejemplo, como si derrepente los habitantes de Lepe demandasen a los humoristas y actores de todo el país por contar chistes en los que aparece el nombre del pueblo.

¡Lepero di: NO!

Los leperos podrían alegar que se les trata de catetos y de ignorantes, y por esta razón pedirían que se prohibiese el término Lepe, leperismo, y los adjetivos lepero/a, fuera del uso como topónimo o gentilicio fuera del uso cómico o humorístico.

Yo animo a los leperos a que luchen contra esta injusticia que soportan tan indiscriminadamente desde hace tanto tiempo. ¡Basta de reírse del lepero!



domingo, 8 de junio de 2008

Un Manolito Pozí

Pues bien, revisando archivos de mi ordenadós he encontrado algo que me encontré por internet hace mucho tiempo, un Flash del héroe nacional más querido por todos. Sí, amigos, ya sabeis que me refiero a ese simpático vejete con joroba de la banda del Cárdenas: Manolito Pozí.
Por eso os dejo aquí el enlace de la animación Flash para que jugueis a vestir a Manolito.

Disfraza a Manolito Pozí

(El enlace lleva a un archivo descargable: "amarosa.exe")


Las instrucciones del flash Amarosa.

viernes, 6 de junio de 2008

El pecado científico (Artículo de opinión)

La Iglesia marca nuevas pautas a sus fieles sumando nuevos pecados capitales a los antiguos siete -soberbia, avaricia, gula, lujuria, ira, pereza y envidia-. Ahora se ha incluido expresamente en la lista la afición excesiva a la riqueza, además de otros derivados del proceso de globalización y del desarrollo de la ciencia, como el daño al medio ambiente y determinados experimentos biogenéticos.

Este último nuevo pecado, relacionado con el saber científico, refleja el eterno enfrentamiento entre religión católica y ciencia. La Santa Sede siempre se ha opuesto a los experimentos o avances científicos relacionados con la clonación humana y la investigación de las células madre, que requieren la creación de un embrión de dos semanas para poder conseguir diferentes tipos de tejido.

Se podría decir que al fin se han reconciliado la ciencia y la moral religiosa, ya que el Vaticano aplaude un nuevo avance científico que permite conseguir células madre sin necesidad de usar cigotos humanos. Según ha declarado el canciller de la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano, Ignacio Carrasco, es “muy positiva e importante la demostración de que es posible obtener células madre para regenerar órganos y tejidos sin necesidad de recurrir a la clonación ni utilizar embriones”.

Por una parte, este reconocimiento de la Iglesia dirigido a los científicos merece un gran elogio, puesto que las autoridades católicas nunca, en el devenir de la historia del hombre, habían tardado tan poco en aceptar y apoyar un nuevo descubrimiento.

Pero por otra parte, hay que ser agradecidos con estos científicos que han logrado células madre a partir del líquido amniótico (reprogramando las células, sin la fecundación de ningún óvulo). Por esta razón, no hay que condenarlos ni considerarlos pecadores, ya que no es una casualidad que los expertos que hoy loamos, sean los mismos que los que ayer despreciamos por descubrir la clonación terapéutica (clonación de un embrión con el genoma del paciente para obtener diversos tipos de tejidos).

Gracias a este paso previo, que la Iglesia sigue sin aprobar, hoy se ha podido llegar al hallazgo que cura tanto la salud como la moral de los pacientes enfermos.

La comunidad científica no debe preocuparse por el alma de cada uno de sus investigadores, porque, según la Biblia, Dios es misericordioso y perdona todos los pecados del hombre, siempre y cuando se arrepienta. Así, que es recomendable que estos sabios dejen momentáneamente su moral religiosa de lado, y sigan descubriendo nuevas maneras de combatir enfermedades como el alzheimer o el cáncer.

Después, al terminar, que se confiesen, si así lo ven oportuno, o bien, que se santigüen y recen tres Padres Nuestros y dos Ave Marías. Eso ya es algo opcional.

Artículo de opinión del 5 de mayo de 2008

Entrevista con Juan Capdevila (Rumba Tres)


"Empecé a cantar con tan sólo cinco años"


Juan Capdevila es uno de los tres componentes que forman Rumba Tres, conocidísimo grupo de rumba de los noventa que aún sigue dando qué hablar con sus bolos y actuaciones dentro y fuera de la península.

Juan de Rumba Tres - éste es su apodo más conocido- me atiende en Tahití, pero no nos confundamos pues no me ha invitado a ver el Océano Pacífico mientras le entrevisto. Tahití es el nombre de un local de rumba de su propiedad situado en Tossa de Mar, Costa Brava (Gerona). He de aclarar que la entrevista no ha sido en la pista de baile, porque es imposible hacerse hueco entre tanta gente y aún más imposible, es entenderse con quien tengas al lado a no ser que le des una voz a un centímetro de su oído.
Tahití es un pequeño local, con una pista de baile y un pequeño escenario en el que caben muy justitos dos guitarristas de lado con sus respectivos instrumentos. El lugar tiene capacidad para unas 50 personas pero cada noche de verano se llena hasta 70 o más. En Tossa de Mar es un lugar mítico.

Se le ve un hombre sencillo, pero sin llegar a ser austero. Su aspecto es simple y elegante; lleva unas gafas de metal rojas con montura al aire, y luce, como rumbero que es, una melena entre castaña y canosa con la medida justa: flamenco pero sin llegar a ser caló. Combina unos tejanos oscuros acabados en un par de mocasines marrones y una camisa negra Ralph Lauren. Exhibe, mientras habla, una sonrisa blanca digna de un anuncio de dentífrico que le da el toque de juventud, a pesar de su generosa edad.

De niños a Espontáneos

"Somos cuatro hermonos; tres chicos y una chica. Y uno de mis dos hermanos, Pedro exactamente, y yo somos dos tercios de Rumba Tres" explica Juan. El tercer miembro del grupo se llama José Sardaña que es amigo de los hermanos Capdevila desde que iban al colegio en la escuela nacional Cristóbal Colón. Aunque no siempre fueron a esa escuela ya que los hermanos Capdevila tuvieron que cambiar en diferentes ocaciones de colegio por cuestiones familiares relacionadas con su padre.

"Empecé a cantar con tan sólo cinco años" cuenta el rumbero. Desde los cinco años hasta los trece combinó los estudios de conservatorio en el Liceo con la educación escolar reglamentaria. Este es un detalle que me ha llamado mucho la atención, teniendo en cuenta que Juan nace en 1951 y proviene de una familia humilde y tradicionalmente catalana que, en esa época, vive entre el barrio de Bon Pastor y el barrio de Sant Andreu, en Barcelona.

De los doce a los catorce años, del 63 al 65, piden permiso al Sindicato del Espectáculo para cantar como grupo de una manera oficial. Aún así, ellos ya actuaban en todo tipo de locales; cafés, plazas, ... Su primera aparición en público fue en el Centro Parroquial de Bon Pastor. Durante aquellos años el padre de los Capdevila se convirtió en su mentor y en su manager.

Juan hace su début radiofónico en 1963 en Radio Barcelona en el programa "La comarca nos visita" en el que Los Espontáneos, que así se hacían llamar, acudieron como artistas invitados. A pesar de la juventud de sus componentes, el grupo ya se estaba consolidando. "En aquel entonces nosotros ya actuábamos con compañías. Conocíamos a Los Cinco Latinos, Luisito Rey el padre de Luis Miguel, Ricardo Andrébol el propietario del Molino de Barcelona, etc.". En sus actuaciones cantaban coplas, canción española y también alguna que otra ranchera.

"Como Los Espontáneos grabamos tres discos: Caminando, Mala hierba y Versiones. Eso con tan sólo quince años – añade Juan –. En nuestra primera gira cobramos unas doscientas pesetas de las de entonces, a repartir para los tres". Juan Capdevila la recuerda como una etapa muy bonita, sobretodo por la respuesta por parte del público. Dice: "Éramos unos críos que viajaban por toda Cataluña cantando".

De Espontáneos a hombres

Hasta 1968 también trabajaron en el Tahití, que entonces pertenecía a una señora francesa que se afincó en Tossa de Mar cuando enviudó. Este mismo año, cambian de compañía y de nombre; ahora se llaman "Rumba Tres" que será el nombre con el que se les conocerá finalmente. Su primer disco como Rumba Tres se llama "Tu nombre", que es básicamente rumba. Entonces empezaron a actuar fuera de tierras catalanas; por Navarra, La Rioja, Murcia ... "Nuestro primer gran éxito fue Perdido de Amor.Pero nuestra canción más popular es No sé no sé, que la gente identifica como 'No sé no sé que tienen tus ojitos' ".

A sus veinte años (en el 71), los dos hermanos Juan y Pedro compraron el Tahití entre ambos. En esa época seguían haciendo bolos y actuaciones por España, y comenzaron a salir por Europa; Francia, Alemania, ... En 1973, fueron por primera vez a Estados Unidos, Puerto Rico y Venezuela. "Siempre hemos intentado hacer bolos de un par de semanas y en seguida volver de nuevo a casa para que la familia no note una gran ausencia" explica el menor de los Capdevila. En el 74, Juan compró la parte del Tahití a su hermano Pedro. Dos años después, Juan se casó con Sara, una joven de Bon Pastor, con quien un año más tarde tuvo a Juan hijo. Su hijo actualmente es licenciado en biología, y miembro del CAC (Consejo Audiovisual de Cataluña).

En 1983, el grupo ya llevaba seis años cruzando el charco de EEUU a España; por eso, Juan estuvo a punto de quedarse a vivir en Estados unidos en una casa que Rocío Jurado les había buscado. Aunque viajaban por muchos países, siempre cantaban en castellano. "Una vez grabamos unos villancicos cantados en inglés, español y alemán" cuenta Juan de Rumba Tres.

Dice nuestro rumbero: "Nos metieron en el saco de la rumba catalana porque somos de Barcelona, pero realmente hemos cantado sevillanas, rumba normal, rumba catalana, ... La diferencia es que la rumba catalana tiene más golpe de caja, más percusión, y tiene un ritmo distinto, más rápido".
En el 89, cambiaron de discográfica, y con Dinomusic grabaron "Rumbamanía" que fue un éxito de la época en Holanda, Bélgica, Alemania, y Francia. Llegó a ser número dos de ventas en Estados Unidos. Aclara Juan: "Rumbamanía era un popurrí de las canciones que habíamos cantado anteriormente y de canciones de otros artistas". Dos años más tarde cambiaron de discográfica para quedarse en la Compañía Redbulled hasta hoy. En ese mismo año, 1990, grabaron "Amazonia" que era un disco de rumba con guitarra solamente. "Entonces hacíamos una media de 80 bolos al año, fuera y dentro de la península" explica Capdevila.

"Tenemos 12 discos de oro, 8 de platino, el Record World de oro que es un premio que se concede a un artista de cada género, ... También ganamos el Festival Sopot en Polonia con la canción No sé No sé" nos explica orgulloso de su trayectoria.

Ideas y reflexiones de un rumbero

Juan Capdevila se considera liberal cuando hablamos de política, pero no ha querido mojarse más. No importa que no añadiese más adjetivos a su parecer político ya que al preguntarle por el mayor problema en la sociedad actual, Juan pensativo, responde: "La inmigración masiva es un problema. Hay que saber controlarla, de manera que si hay trabajo no resulta un problema sino una herramienta". Respecto a la religión el rumbero afirma ser católico y muy creyente, pero no practicante.

Sería una tontería entrevistar a un músico, de toda la vida, profesional, y no preguntarle sobre el panorama musical. El rumbero opina sobre el Top Manta: "La piratería hace mucho daño y quita muchos puestos de trabajo. Si me encontrase a un topmanta por la calle le diría: 'Eso que está usted haciendo, está muy mal hecho'".

Cuando hablamos de la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) Capdevila duda por un momento y a los pocos segundos contesta: "La SGAE tan sólo intenta proteger al autor, aunque hay algunas cosas que hace esta organización que no las veo bien. A veces aplican medidas desproporcionadas, pero nosotros nos mantenemos un poco al margen".

"Operación Triunfo también ha hecho mucho daño a según qué artistas. Manipulan a la gente a través de la televisión con la publicidad y los programas. Un artista se tiene que dar a conocer encima de un escenario – y añade –; en tres meses no se puede ser artista. Eso no tiene futoro" Aclara nuestro rumbero que tiene amigos de OT, de hecho, Joan Tena estuvo trabajando en el Tahití antes de ser conocido.

También admite que los precios de los CD's son abusivos. "Las compañías se columpian mucho. La sociedad va evolucionando como puede – añade Juan –; la juventud nace en la piratería como aquél que dice". Respecto a las declaraciones de Elton John sobre prohibir internet, Juan Capdevila no está de acuerdo: "En absoluto, porque internet es el futuro, estás prohibiendo el futuro".

"El mundo de la música en el s. XXI está un poco complicado. Hay que dejar paso a internet pero controlando las descargas y cobrando algo simbólico. Por culpa de la piratería las compañías no invierten, y gente joven que se quiere dedicar al mundo de la canción ahora se dan a conocer por internet porque las discográficas no les prestan atención" afirma este gran profesional de la música.


Entrevista realizada en septiembre de 2007

Entrevista con Francesc Vendrell (Parlamento de Catalunya, PP)


“Carod-Rovira siempre explica que cuando venía a Madrid nos íbamos a comer juntos”

Francesc Vendrell es el portavoz parlamentario del PP de Cataluña, y la mano derecha de Josep Piqué. Pese a tener un importante cargo, es un hombre sencillo que nos explica a grandes rasgos cómo ha sido su vida, su trayectoria y sus ideas.

El Parlament fue el sitio escogido por el propio Vendrell para entrevistarle. Cruzando largos pasillos y grandes humbrales, en la planta más baja del edificio del Parlament, encontramos a Francesc Vendrell que nos dió paso a una pequeña y blanquecina sala de reuniones. Pronto nos recibe y nos disponemos a preguntarle, no sin antes fijarnos en su sencillo atuendo: una camisa blanca a cuadros rojos y un pantalón de tergal negro.

Las etapas de la vida

Al comenzar la entrevista empezamos a hablar de su niñez. Vendrell, al que se le veía muy animado, nos explicó que no tiene ningún recuerdo triste de su infancia, tal vez por esa razón la recuerda con mucha nostalgia a medida que van pasando los años. Francesc Vendrell nació en el barrio de Horta de Barcelona en 1949. «En esa época – nos cuenta Vendrell –, las cosas no eran como ahora; en la casa que yo vivía entonces teníamos cerdos, conejos, gallinas, ... ». De esta manera, mientras su infancia transcurría jugando con su hermano y sus dos hermanas, su madre se ocupaba de las tareas domésticas y su padre trabajaba como gerente en una empresa de clavos en el Paralelo. Su paso por la Salle de Horta, su colegio, no fue muy brillante, aunque tampoco suspendía demasiado, reconoció Vendrell entre risas.

Ahora que ya teníamos una idea de cómo era la vida familiar en la infancia de Vendrell, sentimos la curiosidad de saber cómo era Francesc Vendrell en su etapa universitaria. Vendrell confesó que empezó varias carreras como Derecho e Historia pero solamente acabó la carrera de Filosofía y Letras. «También recuedo esta etapa con una cierta inocencia – explica Vendrell pensativo –; cuando asistía a las asembleas, y participaba en todas las manifestaciones posibles habidas y por haber».

A Vendrell, le resulta simpático recordar su participación en aquellas manifestaciones y la manera de pensar que tenía en aquel entonces. «Nos creíamos un poco, que con aquellas actitudes, íbamos a cambiar el régimen». Todavía recuerda como si fuera ayer cómo cantaba con sus colegas de facultad el “No nos moveran” cuando Pinochet dió el golpe de estado en Chile; «¡Cómo si a Pinochet le importase algo que nosotros estubiésemos cantando en el otro lado del charco!». Su paso por la universidad formó parte de una etapa en la que un joven Francesc Vendrell conservaba aún un «punto de utopía – dice Vendrell –, que es bueno».

Tras su juventud, la etapa más inconformista y radical de Vendrell, empezó la etapa de madurez, y a su vez, empezó a dedicarse poco a poco al mundo de la política. Dice Vendrell: «Comencé formando parte de la Asociación de Vecinos de Horta, en el aspecto vecinal, cívico, social ...». Tras la muerte de Franco, en el año 1975 ó 1976, comienzan a surgir los partidos políticos se crea el Centre Català, que más tarde sería Convergència i Unió, y más partidos como Unión de Centro Democrático (UCD). En esta época, partidarios de UCD le proponen a Francesc Vendrell unirse al partido, en el que seguirá hasta 1982 con el fin del propio partido.

Este mismo año deja la política a un lado y vuelve al mundo editorial dónde él ya había trabajado, pero esta vez se marcha a América Latina: Ecuador, Chile, ... «Y otra vez me mandan para Madrid, donde más tarde, sobre el 94, me encuentro con viejos amigos del mundo de la política, básicamente, Javier Arenas que me proponen sumarme al PP». Vendrell acepta y, finalmente, en 1999 Josep Piqué le invita a irse con él en el Partido Popular de Catalunya donde permanece hasta la actualidad.

Mientras Vendrell nos hablaba sobre su trayectoria política se expresaba con unos gestos muy marcados. Estos gestos permitían que nos fijásemos en su reloj en la muñeca izquierda, y sus pulseras de cuero e hilo en su muñeca derecha; que según cuenta, son regalos de los dueños de los puestecitos del paseo marítimo de Sitges, dónde vive actualmente.

La Familia Vendrell

Hace unos treinta años que Francesc Vendrell está casado con su mujer, Àngels, que también es catalana. «Es curioso porque la conocí por primera vez en un congreso de UCD en Madrid, en el que yo iba de invitado. Más tarde la volví a ver, y entonces fue más íntimo». Con Àngels, Vendrell ha sido padre de dos hijas: una de ellas, ahora mismo, tiene 23 años y la otra, 25. La más joven de las hijas, actualmente se encuentra estudiando medicina; y la mayor se dedica a la interpretación, «aunque ya está emancipada – cuenta Vendrell –, pasa más tiempo en casa que cuando vivía con nosotros».

Ideas y costumbres vendrellianas

Francesc Vendrell se considera ni católico ni practicante. «Soy agnóstico declarado y confeso. Decir que soy ateo sería un acto de fe igual que decir que soy católico». No tiene muchas aficiones, básicamente escucha música y lee. Dice Vendrell: «Leer me gusta mucho, mucho. Intento estar al día de la literatura; supongo que es una secuela de mi época de editor». Sus libros favoritos son La montaña mágica, y Cierta gloria. En prensa lo que más le interesa son los artículos de opinión, «porque las noticias ya las sé – explica Vendrell –; o me las he leído el día anterior, o las he presenciado yo mismo en el Parlament».

Respecto a la música, Francesc Vendrell prefiere la música clásica. «Es relajante. Aunque si tuviese que decir una canción sería, Mediterráneo de Joan Manuel Serrat; es muy bonita». El cine, en cambio, le llamaba más la atención cuando era joven, sobre todo en los primeros años de casado; actualmente ve más la televisión. Dice Vendrell: «El programa de Polònia y las Noticias del Guiñol son los dos programas que suelo no perderme, aunque todavía no me han imitado en ninguno de los dos».

En todo momento Vendrell se mostró sonriente. Nos vendió su cara más amable mientras bromeaba y reía. Mientras mira muy directamente al compañero que hace una pregunta, bebe agua para aclararse la garganta. Se expresa de manera directa, aunque esto no implica, ni por asomo, que Francesc Vendrell sea un hombre de pocas palabras.

Cuando a Vendrell se le pregunta por su popularidad, éste contesta muy humildemente pero sin restarle importancia al cargo que ocupa. «Nuestra función es facilitar que la sociedad avance, y ésto sí que es importante». Por esta razón cree que los políticos están bien remunerados aunque «no es para tirar cohetes» según Vendrell.Y añade Vendrell: «Con los sueldos que se pagan, dudo que alguien que esté en un buen cargo en una empresa privada deje su trabajo para ser ministro de España». Aún así, el portavoz del PP en Catalunya afirma que no posaría desnudo para una campaña electoral por muy bien remunerado que esté.

Adolfo Suárez es el político modelo a seguir para Vendrell, a pesar de que su admiración empezó con mal pie como nos explicó Francesc Vendrell. Por lo visto, el día de la boda de Vendrell; por la mañana se casó, y por la tarde, después del convite, fue con su mujer a un meeting de Adolfo Suárez de las primeras campañas autonómicas, en Gerona. Suárez que ya estaba enterado de que Vendrell se había casado ese mismo día, al ver a la pareja fue a abrazar a la mujer de Vendrell y le dijo: “¡Felicidades, recién casada!”. Y Àngels, la recién esposa, le respondió: “¿Y usted quién es?”. Por lo visto Suárez le respondió: “Pues ¿quién voy a ser? Adolfo Suárez”. A lo que la mujer añadió “Pues en la televisión se le ve más alto”. «De este modo, el día que me casé fracasé políticamente» explica Franscesc Vendrell entre risas.

Vendrell en el Parlament de Cataluña

Explica el Popular parlamentario que no existe ningún tipo de rivalidad entre políticos como se da a entender en televisión. Por eso, Vendrell afirma que hay ciudadanos del partido socialista, e incluso de Esquerra, con los que se llevo mejor, que no con ciudadanos de mi grupo parlamentario. Explica Vendrell: «Carod-Rovira siempre explica, para mi desgracia, que cuando venía a Madrid nos íbamos a comer él y yo. “No hace falta que lo expliques” le digo yo, que si no viene el Jiménez Losantos y me mata». Vendrell insiste en que los parlamentarios no se llevan mal entre si, pues según cuenta priman la interrelación humana ante la ideología política.

De esta interrelación humana de la que habla Francesc Vendrell, surgen muchas anécdotas. «Cuando defendí la enmienda a la totalidad del Partido Popular – explica Vendrell con añoranza – , al acabar el debate, viene un secretario del Parlament y me da un sobre. Abro el sobre y había una nota que ponía: “Vendrell, si tu vivieses en Inglaterra ¿serías english o british? Firmado: Pascual Maragall”». Y prosigue echando una carcajada al aire: «Evidentemente yo le contesté, “Aunque viviese en Inglaterra seguiría siendo catalán. Firmado Francesc Vendrell”». La respuesta era british.

Pareceres políticos

Respecto temas más serios y actuales como el fenómeno de la inmigración, Francesc Vendrell se posiciona de manera tajante frente al que dice ser un verdadero problema. «Esto no es una ONG, un país tiene la capacidad que tiene para asumir inmigrantes». Vendrell expone que la inmigración no es ningún problema mientras hayan puestos de trabajo, para asumir la ola de inmigrantes que viene.

«Si tu esto lo regularizas bien y lo organizas bien – aclara Vendrell –, la inmigración no es conflictiva». El portavoz del PP en Cataluña insiste en que el problema está cuando viene una inmigración más elevada que el número empleos disponibles, ya que según Vendrell sin posibilidad de empleo la inmigración resulta un fenómeno imposible de integrar en la sociedad.

A la hora de tomar parte en el debate sobre la regularización de la homosexualidad en España, Francesc Vendrell no cree que haya ningún problema en que las parejas homosexuales «regularicen su situación de pareja», y aclara «Otra cosa es que a esa unión se la pueda llamar matrimonio o no».

Por otra parte, Vendrell se muestra más recio cuando se le habla de la adopción de niños por parte de estas parejas. «Nos encontramos con un problema legal – explica Vendrell –, ya que si un soltero homosexual puede adoptar hijos, ¿por qué no una pareja de homosexuales casados no puede hacerlo?». Y acaba añadiendo: «Pero antes hay que ver qué derechos són los que priman más; si los derechos del homosexual de turno, o la lesbiana, para adoptar un hijo, o los derechos del hijo».

Finalmente, Francesc Vendrell niega que sus declaraciones acerca de la utilización del castellano en Cataluña le vayan a perjudicar. En sus declaraciones, Vendrell explica: «En Cataluña parece que haya una sociedad esquizofrénica, que no se entera de la realidad. Es evidente que el castellano no está prohibido ni perseguido en el día a día». Con esto Francesc Vendrell quiere decir: «Si a cualquiera de nosotros le es más cómodo hablar en castellano, pues para entendernos, que hable en castellano directamente y ya está; yo no me escandalizaré». Esta es la manera que tiene Vendrell de entender la idea de bilingüismo.

Explica Vendrell con un ejemplo: «Aquí en el Parlamento, es absurdo, que en la Comisión del Parlament estén hablando todos en catalán entre sí, y luego salgan un pequeño grupo de diputados fuera de la sala, a acabar de negociar algo, y hablen en castellano. Y luego, vuelvan a entrar y otra vez hablen en catalán».



Entrevista realizada en mayo de 2007